Proteína C
La proteína C y la proteína S participan en uno de los principales sistemas naturales de anticoagulación del cuerpo. La deficiencia o alteración de algunas de estas proteínas tiene un vínculo claro con la predisposición a la trombosis.
La proteína C, una proteína plasmática dependiente de la vitamina k que se sintetiza en el hígado, representa un anticoagulante natural formado como respuesta a la generación de trombina. La proteína C circula en la sangre como cimógeno, un precursor inactivo. La mayor parte de la proteína C se encuentra como un cimógeno de dos cadenas antes de activarse.
La proteína C requiere división proteolítica para volverse activa, acción que depende de la trombina. Todas las formas pueden activarse. La trombina activa la proteína C en presencia del cofactor de lipoproteína asociado con la célula endotelial trombomodulina. Esta reacción convierte el cimógeno en la proteína C activada (PCA), una serina proteasa. (Hematología clínica. Mary Louise Turgeon).
La vía anticoagulante de la proteína C se reconoce como un mecanismo mayor de la coagulación sanguínea. La proteína C activada es un anticoagulante plasmático potente. Una vez activada, la proteína C (en presencia de su cofactor la proteína S) divide por proteólisis los factores Va y VIIa. Esta división disminuye en forma drástica la conversión de protrombina en trombina y es uno de los mecanismos de retroalimentación reguladora de la coagulación. (Hematología clínica. Mary Louise Turgeon).
La proteína C participa en cada etapa de la vía anticoagulante. Esta vía puede dividirse en tres etapas.
1) Activación de la proteína C.
2) Expresión de la actividad anticoagulante de la proteína C activada.
3) Inhibición de la proteína C activada.
La capacidad para detectar disminución de la proteína C depende del tipo de prueba que se utilice. El plasma se evalúa en busca de anticoagulante del lupus antes de realizar la prueba de proteína C para esta seguro de que dicho anticoagulante no es la causa de la trombosis. La concentración plasmática de la proteína C purificada es 4 µg/ml.
El diagnostico de laboratorio de la deficiencia de proteína C y proteína S incluye pruebas funcionales y antigénicas
Valoración de la proteína C:
La determinación debe ser funcional, de preferencia mediante sustratos cromógenos, ya que el método coagulativo está más expuesto a interferencias.
Fundamento:
La proteína C de la muestras es activada por una enzima específica, contenida en el veneno de la serpiente Agkistrodon contortrix. La cantidad de proteína C activada es determinada por su acción sobre el sustrato cromogénico, del que libera p-nitroanilina, de color amarillo. Existen diversos equipos comerciales para su realización automática sobre coagulometros.
Interpretación de resultados:
El margen de referencia se halla, aproximadamente, entre 70 y 140 U/dl (aunque cada laboratorio deberá establecer el suyo) el déficit congénitos heterocigotos presenta actividades alrededor de 40 a 50 U/dl. Se encuentran también niveles reducidos de proteína C en las hepatopatías parenquimatosas, en la CID y durante el tratamiento con anticoagulante oral.